Diario Arriba,14/08/1947 (página 7)
El diario Arriba dedica ese día dos páginas (6 y 7), a abordar importantes obras en el Ayuntamiento madrileño de Vallecas, resaltando en titulares de forma especial el “alto sentido de mejora social que la entidad Lonjas y Mercados,S..A. pone en sus obras”, señalando que “El Mercado de Abastos que está construyendo en Vallecas superará a los mejores de Madrid”.
Informa Don Emilio Panizo Vigal, Vicepresidente de la empresa Lonjas y Mercados S.A, y Consejero Delegado de la misma, que ésta se constituyó con un capital inicial de 5.000.000 pts. totalmente desembolsado, presidiendo el Consejo de Administración el Excmo. Sr. D. José Soto Reguera, siendo vicepresidentes D. Don Vicente Hernández del Valle y él mismo; Consejeros, D. Tomás Pérez García y Don Francisco García Crespo Y Consejero-Secretario Don Carlos Hernández Pérez.
En sus declaraciones indicaba el Sr. Panizo que “estiman fundamental” encargarse del abastecimiento de sus mercados, “adquiriendo para ello las mercancías en sus puntos de producción con lo que, por lo pronto, lograremos una economía en el precio que podrá repartirse entre vendedor y comprador”, para lo que se dotaría este y otros mercados que en el futuro se construyan de “amplios sótanos-almacenes, en los que radicarán las ventas al por mayor, así como de potentes cámaras frigoríficas que por lo que a este de Vallecas se refiere, serán en número de cuatro, totalmente independientes, con una potencialidad de 50.000 frigorías hora cada una, destinadas a carnes, pescados, huevos y frutas, respectivamente”.
“Si bien una de las cláusulas de la concesión –añadía e sr. Panizo- estipula que el mercado debe estar construido en el plazo de tres años, tenemos decidido empeño en que pueda abrir sus puertas mucho antes de que se cumpla ese plazo”, indicando que la empresa se fundó para la construcción y explotación de mercados, y como su lema es “producir más, mejor y más barato”, en todas las obras que acometa va a marcar “la impronta de esa inflexible norma de conducta que habrá de patentizarse en el sentido hondamente social que imprime a todas sus actividades. Los mercados han de tener, sobre su trazado arquitectónico, por encima de la amplitud de sus naves y lo pródigo de sus instalaciones, una alta misión de tutela que cumplir y una función generosa de ayuda que llenar, y yo puedo asegurar que lo cumpliremos escrupulosa y diligentemente en cuantas obras realicemos”.
Finalizaba el reportaje con un elogioso comentario a la iniciativa destacando que, coadyuvando de esta forma a la “tarea de reconstrucción nacional, aligerando así la pesada carga que gravita sobre los municipios, es una labor digna de los mayores elogios y de ser pregonada para ejemplo y acicate de muchos” porque “Ya de por si la obra es benemérita y noble por demás. Pero colaborar, no sólo en la obra material, en lo que económicamente representa, sino ir más allá en el empeño y vincular a esa obra, por encima de su arquitectura, de su armazón, un alto contenido social, un patronazgo en beneficio de los que para el mejor cumplimiento de su de labor de él han de menester, en un afán cumplido de superación, extender esta su tutela, incluso a los que al mercado han de acudir a proveerse de artículos indispensables para su sustento, consiguiendo, mediante la adopción de medidas que entrañan un notable sacrificio económico, una mejora muy importante en la calidad de los artículos y una baja en sus primas muy digna de tenerse en cuenta, supone en quienes tal finalidad cumplen, un aquilatado servicio de hermandad, un tan exquisito espíritu de comprensión que por fuerza ha de despertar un cordial tributo de gratitud en los múltiples beneficiarios de conducta tan altruista y proceder tan generoso”.
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