María Teresa Rodríguez Rodríguez

Maestra

Amistad heredada

Mi abuelo, Dionisio Rodríguez Somoza -hermano de Pedro de Sarria- se dedicaba a comerciar con ganado que adquiría en las ferias de la provincia y enviaba por tren a Barcelona y a Madrid, para ser sacrificado en destino, única posibilidad existente hasta que llegó el transporte en frío que cambió totalmente el negocio.

Le ayudaban sus cuatro hijos, junto con un grupo de compradores que acudían a las ferias, y precisaban llevar importantes cantidades de dinero para abonar el ganado comprado, volviendo a menudo con dinero sobrante por haber sido menor de lo previsto el número de animales adquiridos.

Vivían en Nadela, pero no querían ir hacia su casa con el dinero, porque era habitual que los atracadores les salieran al camino en la zona de As Barxelas, por donde ahora se encuentra la Estación de servicio Río Miño y la Uned.

Interior

No había entonces bancos en los que depositar aquellas cantidades pero el problema lo solucionaban dejando ese dinero en la tienda de los Maragatos de la Puerta San Pedro, en su caja fuerte, por confiar en la seguridad de la caja pero sobre todo en la honradez del responsable del establecimiento.

Guillermo, el mayor de mis tíos, tenía en estima especial a Don Tomasito, el padre de Maricarmen, con quién tenía gran intimidad y que le ayudaba a soluciona problemas burocráticos por su experiencia municipal. Y mi tía, muy amiga de Dª Dolores, todos los días pasaba por delante del establecimiento y siempre se paraba a conversar con ella.

Por lo tanto, mi amistad con esta casa fue heredada, y si bien estuve fuera parte de mis años jóvenes, conservé y acrecenté una estima especial por esta familia maragata que siempre demostró una honradez ejemplar . Y para mi, Maricarmen es un modelo de comerciante, de lucense y de amiga.